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miércoles, 24 de octubre de 2012

Nietzsche y la Biblia nazi.

  "(...) a partir de ese paseo al Montesacro, donde él dirá: - El sueño más maravilloso de mi vida lo debo a usted -, Nietzsche, iluminado, perderá todo contacto con la realidad. (...)

  La entrevista de Lucerna - donde Rée [Paul Rée] se reunirá con ellos - finaliza en el estudio de un fotógrafo. La idea es de Nietzsche. El resultado será un negativo que se ha hecho famoso. En la fotografía se ve a Nietzsche y Rée tirando de una carreta, mientras que Lou [Lou Andreas-Salomé], sentada detrás, agita una fusta. (...)

  Lou promete a Nietzsche pasar unas cuantas semanas de vacaciones con él. La invita a reunirse con él en Tautenburg, un pequeño pueblo donde ha alquilado una casa con su hermana Elisabeth. Esta hermana, hay que decirlo, ¡es una auténtica arpía! Pasó a la historia falsificando, sin ninguna vergüenza, los textos de su hermano, que murió loco en 1900, para adecuarlos a la doctrina hitleriana. Así, la voluntad de poder, la esencia más íntima del ser según Nietzsche, será glorificada bajo la denominación de nacionalsocialismo. (...)

  En 1882, Elisabeth no era más que una mema enamorada de su hermano que mantenía relaciones con un antisemita militante con el que contraería matrimonio. (...)

  Elisabeth lo intoxica con mentiras abominables sobre la mujer que continúa amando (...).

  Nietzsche es frágil, está enfermo de amor. Primero, se subleva; después, se lo traga todo. Entonces, escribe cosas horribles sobre Lou, (...) esa mona de pechos falsos, sucia, seca y hedionda... (...).

  De manera que, en Tautenburg, Nietzsche sufre solo, sin resignarse. Después, comprende que Lou se le ha escapado definitivamente (...).

  En ese momento, sufre un nuevo golpe: Wagner muere. Las dos heridas van a avivarse mutuamente. Nietzsche no es más que un bloque de dolor cuando coge la pluma y, en diez días, se arranca la primera parte de Así habló Zaratustra (...).

  Nos encontramos, entonces, a principios de 1883. En junio, redacta la segunda parte con idéntica celeridad. (...)

  ¿Qué habría sucedido si Lou hubiera compartido la vida y el amor de Nietzsche? Tenemos derecho a pensar que no habría escrito ese libro, cuya doctrina, la del superhombre, se convirtió, falseada por Elisabeth, en la Biblia del pensamiento alemán en la Alemania nazi".

   (Francoise Giroud: "Lou. Historia de una mujer libre", ed. Paidós, pp. 34-42)

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