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domingo, 22 de septiembre de 2013

"Conflictos", un poema de Sharon Olds.

                                                  (Rodesia, 1978)

Deja ya de hablar de conflictos.
Veo la cabeza pálida como el vientre de una araña de la
recién nacida encima de la hierba, con la tela de araña de
venas invisibles en su cráneo, la piel
gris y fulgente, el limpio corte de
la bayoneta en mitad del pecho.
Veo la cara de su madre, a golpes,
ha tomado la forma de una planta,
un cactus con espinas grises y carnosos
brotes de color granate oscuro.
Veo el largo de su brazo sobre la pequeña;
su muñeca descansa inmóvil  con todo su peso, sobre las
diminutas costillas.
                             No me hables de
política, tío. Que tengo ojos.

.....

                  THE ISSUES

Just don't tell me about the issues.
I can see the pale spider-belly head of the
new-born who lies on the lawn, the web of
veins at the surface of her scalp, her skin
grey and gleaming, the clean line of the
bayonet down the center of her chest.
I see her mother's face, beaten and
beaten into the shape of a plant,
a cactus with grey spines and broad
dark maroon blooms. 
I see her arm stretched out across her baby,
wrist resting, heavily, still, across the
tiny ribs.
Don't speak to me about 
politics. I've got eyes, man. 

     (Sharon Olds: "Los muertos y los vivos", Bartleby Editores, 2006, pp. 26. Traducción de J.J. Almagro Iglesias y Carlos Jiménez Arribas)

"Poema con chiflo a lo lejos", un poema de Felipe Zapico.

              Vuelve el afilador, su chiflo
hoy en en medio de la tormenta, otra tormenta,
                           otra ciudad.

     Y me despojo de mi alma, o lo que sea
                          y se la entrego
               pero él me dice que no puede
                            hacer nada
                     que espere a que pase
                           el hojalatero
                                  que
                                tal vez
                     me la pueda remachar.

     (Felipe Zapico: "El ladrón de peras", ed. Origami, 2013, pp.78)

martes, 17 de septiembre de 2013

Dos poemas y un fragmento de Oliverio Girondo.

DICOTOMÍA INCRUENTA

SIEMPRE llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

.....

RESTRINGIDO PROPÓSITO

DEMASIADO corpóreo,
limitado,
compacto.

Tendré que abrir los poros
y disgregarme un poco.

No digo demasiado.

.....

Del poema "Lo que esperamos".

(...)
Pero, quizás, un día,
antes de que la tierra se canse de atraernos
y brindarnos su seno,
el cerebro les sirva para sentirse humanos,
y ser hombres,
mujeres,
- no cajas de caudales,
ni perchas desoladas -,
someter a las ruedas,
impedir que nos maten,
comprobar que la vida se arranca y despedaza
los chalecos de fuerza de todos los sistemas;
y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas
se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.
(...)

     (Oliverio Girondo: "Obra. Poesía y prosa", ed. Losada, 2012, pp. 334, 337 y 367)

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Un fragmento de Lope de Vega.

AL DOCTOR GREGORIO DE ANGULO,
REGIDOR DE TOLEDO

EPÍSTOLA SEGUNDA
(Fragmento)

(...)
   Un príncipe, ¿qué piensa, cuando pase
sangre de Adán, mil siglos olvidada,
a la que algún barbero le secase
   (porque ser más o menos colorada
es parte de salud, no es parte noble;
que la propia es la virtud, no la heredada),
   piensa que se crió para ser roble
de los blasones de su casa armado,
donde con fruto ajeno viva inmoble?
   ¿Piensa que solamente se ha criado
para comer capones y perdices,
y teñido de púrpura el pescado?
   ¿Para que traiga en ámbar las narices,
la tierna carne en flamenca holanda,
los ojos en pinturas y tapices,
   y dando el pulso a la lisonja blanda,
cuando tiene salud, entre mujeres,
comer en viernes lo que Dios no manda?
   ¡Oh, tú!, que a todos en comer prefieres,
y sin sudor de Adán bebes y comes
Baco aromatizado y blanca Ceres,
   cuando al balcón del ser mortal te asomes,
mira que para ser del hombre amparo,
y para que a tu cuenta su bien tomes,
   Dios te crió de abuelo y padre claro;
que te pudiera hacer un zapatero,
no para ser estítico y avaro.
   No fue tu ciencia tu nacer primero;
que hasta salir por la primera puerta
cualquiera se naciera caballero.
   Después que, la cabeza descubierta,
te sirvan dromedarios y elefantes,
serás señor si tu virtud lo acierta.
   Allí, cuando estrellado de diamantes
el pecho, como lámpara en cadenas,
te miren los ministros circunstantes,
   si dieres honra, hicieres obras buenas,
diremos que eres sabio, noble y santo;
pero si no, que tienes alma apenas.
(...)

.....
     (Lope de Vega: "Poesía selecta", ed. Cátedra, 2010, pp. 334-335)

domingo, 8 de septiembre de 2013

Un fragmento de T.S. Eliot.

(...)
¿Nos engañaron o engañábanse
ellos, los ancianos de voz queda,
al no legarnos sino la receta
de un fraude? La serenidad tan sólo
un voluntario embotamiento,
nada la cordura sino un saber
sobre secretos muertos, inservibles
en la tiniebla a la que se asomaron
o de la que apartaron la mirada.
Hay, nos parece, a lo sumo un valor
limitado en el saber por experiencia.
Impone su pauta la percepción
y lleva a error, pues es nueva la pauta
a cada instante y cada instante
es una valoración renovada
y sorprendente de cuanto hemos sido.
Sólo no nos engaña lo que, siendo
engañoso, no puede ya dañarnos.
A mitad del camino, y aún más,
por el camino todo, en una selva
oscura, en un zarzal, junto a una ciénaga
donde el paso es inseguro y hostigan
monstruos, luces fantásticas y el riesgo
de ser hechizados. No me hable nadie
del saber de los viejos,
sino de su demencia, su temor
a la posesión, a pertenecer
a otro, o a otros, o a Dios.
El único saber al que podemos
aspirar es el de la humildad, que es infinita.
(...)

.....

                            (...) Had they deceived us
Or deceived themselves, the quiet-voiced elders,
Bequeathing us merely a receipt for deceit?
The serenity only a deliberate hebetude,
The wisdom only the knowledge of dead secrets
Useless in the darkness into which they peered
Or from which they turned their eyes. There is, it seems to us,
At best, only a limited value
In the knowledge derived from experience.
The knowledge imposes a pattern, and falsifies,
For the pattern is new in every moment
And every moment is a new and shoking
Valuation of all we have been. We are only undeceived
Of that which, deceiving, could no longer harm.
In the middle, not only in the middle of the way
But all the way, in a dark wood, in a bramble,
On the edge of a grimpen, where is no secure foothold,
And menaced by monsters, fancy lights;
Risking enchantment. Do not let me hear
Of the wisdom of old men, but rather of their folly,
Their fear of fear and frenzy, their fear of possession,
Of belonging to another, or to others, or to God.
The only wisdom we can hope to acquire
Is the wisdom of humility: humility is endless.
(...)

     (T.S. Eliot: "Cuatro cuartetos (Four Quartets)", ed. Cátedra, 2004, pp. 104-107. Traducción de Esteban Pujals Gesalí) 

sábado, 7 de septiembre de 2013

Dos poemas de Jorge M. Molinero.

          Crisis II
(todos tirando del mismo carro)

El violinista en el tejado
toca desafinado, con la funda
llena de estrellas.
Y no se piensa bajar de su azotea
de vistas privilegiadas.

Le importa una mierda
cómo te las apañes
cargando el contrabajo
por las escaleras.

.....

Palabras para Julieta III

                                             cambié los bares
                                         por la arena del parque
                                                              y toboganes
                                                       J. Malone Miller

tropieza
con un hipopótamo de plástico
tropieza
con jirafas, pelotas, peluches,
puzzles, pianos, xilofones, tambores

tropieza y se cae y se levanta y
tropieza
con legos, marionetas, cajas, caballos

no está mal
que aprenda tan pronto
a dejar las excusas a un lado
a no echar la culpa al mundo

saber que siempre
son las cosas que no dejamos
en su sitio
las que nos hacen tropezar

      (Jorge M. Molinero: "La noche que llovieron impermeables", ed. Origami, 2013, pp. 28 y 100)

jueves, 5 de septiembre de 2013

"¿Dónde anida el sentido?", un poema de César Ibáñez París.

Es verdad que la mierda
no solamente fluye por las alcantarillas,
sino también, y más, por los cerebros:
de neurona en neurona va saltando
grácil, aéreamente,
como una bailarina que sudara en exceso.
Y no pienses, lector, que tu cacumen
se libra de la regla.
Piensa un poco, haz memoria,
y osa pregonarte sin pecado...

Pero también es cierto que una fresca sonrisa,
la curvatura amable de unos labios
que ignoran el cinismo,
el sonido de flauta
que florece en la boca de la niña que juega,
alumbran la caverna de este mundo
más que un sol de verano.

¿Dónde anida el sentido?

     (César Ibáñez París: "La ruta de la sed", ed. Devenir, 2013, pp. 32)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dos poemas de Juan Gil-Albert.

     LO QUE SE NOS ROBA

Uno quisiera que el vivir fuera lo mismo que parece,
que el sol nos alegrara cuando por los desiertos avanza hasta nuestras ciudades de piedra,
que el mar sólo se preste para el feliz camino de los hombres,
que lo que llaman horas de descanso estuvieran de veras dedicadas al sueño.

Se quisiera que así como lo vimos infantiles,
un trajinado paso que no alteran las sombras
fuera el vivir, intenso desarrollo que se cumple
sin que doblez alguno atosigue esa fauna que contiene.

Quisiéramos habernos encontrado para vivir la vida que nos hizo,
no seguros lugares de molicie donde los ríos pasan,
pero nunca este suelo saqueado que imponéis al que llega,
dueños agonizantes que aun resisten con su fétido aliento.

.....

                       EVIDENCIA

Que no importa ya que mi plato esté colmado de carne,
que no importa que los proyectos sean fáciles en avión
y que esas gentes sonrían aún como pájaros hermosos
el pasar por el mundo en un carro de espumas.
Que no importa que sellemos las puertas en la noche silente
para darnos ya solos la música robada
como seres postizos que le toman un miedo a la selva;
no importa que del fuego hayamos hecho ese dulce refugio,
como tras de mamparas de felpa saborear los libros,
para que todo sea, como es,
una cosa terrible que se mueve.

     (Juan Gil-Albert: "Mi voz comprometida (1936 - 1939)", ed. Laia, 1980, pp. 98 y 100)

lunes, 2 de septiembre de 2013

Un fragmento de Ramón Irigoyen.

(...)

Decir adiós, cuando uno tiene amor,
es imposible, pues los pies se agarran
a unos brazos con piel de golondrina
y uno se pierde en esos ojos grandes
y se esconde en el cielo de la boca
y siente que le nacen mil raíces
tan pobladas de pájaros y pájaras
que quiere aquí quedarse para siempre.
Decir adiós, estando enamorado,
es algo falso que la sangre niega.

Por eso hoy que estoy bien afincado,
nada puedo decir para esa hora,
aunque presiento oscuramente que
si muero en casa y alguien me acompaña,
le haré esta simple súplica:
por favor, abre bien esa ventana.

     (Ramón Irigoyen, de su poema "Para esa hora", en "Poesía reunida (1979 - 2011)", ed. Visor, 2011, pp. 76)