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martes, 21 de mayo de 2013

Mis tiranos favoritos (24).

     ROBERT MUGABE

     Nunca coincide con su principal opositor, Morgan Tsvangirai. La excepción que confirma la regla es que una vez sí lo hicieron, cavilando sobre la reforma de la Constitución de Zimbabue. Ninguno de los dos quería concederles derechos a homosexuales, ni hablar del peluquín. Aunque también es verdad que por distintos motivos, o más bien con distintos enfoques. Morgan aplicó la lógica científica, la estadística de estado. "Las mujeres son el 52% de la población... Hay más mujeres que hombres... ¿Qué necesidad hay de que los hombres quieran estar con otros hombres?", dijo. Aplastante. Su respuesta a la prensa - aunque en realidad fue una pregunta - quizá no habría sido igual de válida tratándose del lesbianismo, que también existe, pero bueno... lo dejaron estar. Y recientemente ha cambiado de opinión además, de presupuestos. Echaría mejor las cuentas. En cuanto a Mugabe su argumento era más de tipo humanístico, o subhumanístico para ser precisos, que matemático. "Nuestros antepasados se removerían en sus tumbas si permitiéramos algo así". Con Robert nos encontramos ante un hombre renacentista en toda la extensión de la palabra, con siete licenciaturas nada menos. Y que aparte sabe de antepasados lo que no está escrito, entre otras cosas porque él les otorgó tal condición a un elevado porcentaje de los más frescos. Hasta ese punto los conoce, como si fuesen de la familia, y no quiere ni oír hablar de tumbas retumbantes o muertos que se remueven, ni por supuesto de mariconadas. Una vez hasta le enviaron gansters gays. Con intenciones aviesas o traviesas o no se sabe muy bien. A denigrarle, a Él, besándose y esas cosas, practicando esa clase de inmundicias europeas. Unos tenían fotos de arrumacos y morreos en el móvil, y como es de ley los encarceló, por querer juntar las peras dirían aquí. Hace poco, en marzo, fue recibido por el nuevo Papa, el argentino humilde, y es de suponer que le explicaría bien la postura, la suya sobre el asunto en cuestión quiere decirse. Lo de los zombis en modo vibración.

     Edgar Tekere, un fenómeno. Una vez le preguntaron qué hacía un supuesto socialista como él conduciendo un Jaguar de lujo y explicó que había muchos enfermos sociales a los que tenía que atender con rapidez... Eran los años setenta y estaba en el asiento trasero de un Peugeot 404 (aún no habían llegado al poder), en una gasolinera de Salisbury, cuando de pronto un tipo saltó una verja de seguridad, avanzó con cautela hacia el coche y se sentó a su lado. Era Robert. Les condujeron por caminos secundarios, o sea, sin militares incómodos, a un lugar llamado Nyafaro. Propiedad del jefe Rekayi y su esposa Mbuya, que además de la granja tenía posesiones mucho más trepidantes. De los antepasados en concreto. Al verles le vino el espíritu del padre de Rekayi. "Se agitaba y luego se calmaba; se agitaba y calmaba otra vez". Un pire serio. De pronto se le puso la voz cavernosa, como de grabación computada, y le dijo a su esposo - o su hijo en ese trance - que tenía que sacar a aquellos fulanos de allí a toda leche. Puede que fuese una excusa de la señora para que no le saqueasen la alacena aquel par de ventosas aventajadas, no es descartable, pero el hecho es que emprendieron camino, a pie esta vez, hacia Mozambique. Rekayi con tabaco de mascar para conjurar a las ánimas adversas. Por el camino, en una zona de alta vegetación, se oyó uno de esos rugidos como para girarse rápido. Era de mhondoro, ¡el león!, o sea que espíritus de lianje real nada menos, antepasados de los gordos comunicándose con toda claridad. Pero Mugabe seguía a su bola, no se enteró, una actitud que sólo puede ser descrita como temeraria desde cualquier punto de vista. Los otros dos se quedaron a colores: "¿De verdad no lo has escuchado?". "Que no, hostia... Estaba con el Hakuna Matata en el mp3...". Como augurio no podía ser peor, nefasto, y no es moco de pavo allí no procesar algo tan grande, semejante mensaje. Su sordera ante mhondoro era toda una señal ancestral disuasoria para quienes iban a ser gobernados por él en breves. Como un gigantesco STOP os pedimos: éste es estúpido...

     De hecho la esperanza de vida de una mujer en Zimbabue era de 61 años en 1991; en el 2006, de 34. De las más bajas del mundo según la OMS. Hay unas 400 muertes diarias por el VIH, los niños caen casi al nacer y el paro llega como mínimo al 80%. Etnias diezmadas, migraciones masivas, cortes de electricidad de veinte horas diarias, programas y pogromos de "limpieza" en las barriadas, sacudidas de inflación del diez mil por ciento anual.  No soy un experto en espectros, pero tengo para mí que, a lo mejor, al que le están pidiendo que deje de dar por culo es a él, y que lo que pasa es que ni entiende bien ni deja entender con normalidad. No sería la primera vez.

   

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