por primera vez
el alcance de la muerte
la station-wagon de mi padre
el mundo inagotable de mis 8 años
no recuerdo cómo o por qué pregunté si yo también moriría
Don Marcos y Doña Sara lo afirmaron con toda naturalidad
no quise bajarme no tenía sentido moriría de cualquier forma
lloré y me quedé dormido en el asiento trasero
desperté en una sala desconocida
rodeado de gente mayor
bebían reían bailaban comían
con la grotesca gesticulación que tenemos
los mayores en las fiestas
en las celebraciones de mis padres nunca había otros niños
los restos de las bebidas eran sólo para mí
Don Marcos tenía 58 años Doña Sara 53 yo era su último hijo
la muerte no era un lugar tan lejano
se presentía en las cumbias
se dibujaba en los manteles con las manchas del descuido
Esa noche entendí muchas cosas de la mayoría no me acuerdo
de comprender el alcance de la muerte sigo un poco triste
lo que sí me quedó muy claro
fue la importancia de las fiestas.
(Omar Pimienta: "Escribo desde aquí", ed. Pre-Textos, 2010, pp. 17 y 18).
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