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jueves, 12 de junio de 2014

Diario (55)

12 de junio, 2014.

   Hay el baile de cifras de rigor, pero parece claro que entre un millón y medio y dos millones de niños no comen decentemente en este país. Hace unos años este dato así en frío habría llevado a cualquiera a pensar en críos obesos por encima de la media, atiborrándose de gominolas y bollería industrial en lugar de hacer una dieta sana, aunque a día de hoy nadie con más de dos neuronas duda que el problema no son "los chuches", sino la incapacidad de sus familias para darles tres comidas completas al día, o dos, o una... según. De sus familias y de los gestores o gastores más bien de este país, que con todo ese afán que tienen por pagar deudas disparatadas parece que se olvidan de la más importante, de la única con la que hasta las bestias más feroces cumplen a rajatabla y sin dudarlo un segundo: alimentar a sus cachorros. Al precio que sea, cueste lo que cueste. Y si a las alimañas de Alemania o a los lobos de Wall Street no les gusta pues a la mierda. Pero con los canijos no te metas que te muerdo.

   Estos días se ha oído a varios presidentes autonómicos decir que es absurdo abrir los comedores escolares en verano. Uno que negaba tener un ático de lujo negando ahora la desnutrición en un sentido estricto, médico, como si fuese el puto Doctor No, y los otros con el argumento de que hacerlo sería visibilizar en exceso a los chavales. Hasta el crucifijo que pusieron en la pared parece estar diciendo aquello de dejad que los niños se acerquen a mí, coño. Como me tenga que quitar los clavos y bajar yo mismo a repartir la hostia otra vez os voy a meter una a vosotros con la mano abierta que vais a flipar. Pero los hay que confunden la santidad con los estigmas; que si pudiesen multiplicar peces lo harían para forrarse montando una industria de conservas, alegando que son conservadores. Ni ante lo más básico son capaces de trazar una línea y comprender que cruzarla ya no es política desde ningún punto de vista, que es sencillamente indecencia, degradación, basura. Darles de comer a los mocosos no es opinable, lo haces y punto, y te callas la boca. ¿Que hay que abrir la escuela en agosto? Pues se abre. ¿Que vienen a colarse renacuajos de otro distrito? Pues se ponen más cubiertos para cubrir... Y si no está presupuestado pues hacéis un calendario posando en pelotas en el escaño para venderlo en Bruselas, me la suda, o vais al curro o lo que sea que tengáis en patinete, payasos. Me aterra pensar que el nivel de degeneración sea ya tal que ésto se someta a debate, a las declaraciones y chácharas de la fauna peor. Porque hasta los depredadores de la selva tienen un colmo además de los consabidos colmillos. Hasta el simio más empantanado se columpia menos con sus crías... ¿O no?

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