21 de octubre, 2014.
Tiempo sin escribir. Llevo un par de semanas leyendo y sacando datos de algunos libros sobre fugaos (maquis) que me traje de Asturias. De hecho el sábado encargué otro por internet, que no sé cómo estará pero que al menos tiene la ventaja de ser barato (6 pavos). Veremos...
Un par de ellos son de Gómez-Fouz: "La brigadilla" y una biografía de Bernabé, que no era precisamente "político" pero que dio mucha guerra. Es curioso porque Gómez-Fouz no es un académico ni un historiador convencional. Fue campeón de Europa de boxeo, eso sí, que mola más y puede que hasta sea más práctico, y durante años anduvo por ahí recopilando viejos recuerdos y recorriendo los pueblos y escenarios donde éstos se desarrollaron para reconstruirlos mejor y dejar constancia de ellos. Quien quiera saber lo que de verdad ocurría en los montes de Asturias en los años 40 no tiene más remedio que leer su obra, incluso hoy. Aunque por supuesto también hay otras. Resulta curioso pensar que todavía hay gente viva que vio todo aquello. Casi parecen historias de otro país, inconcebibles en la actualidad, y sin embargo sólo nos separan de ellas un par de generaciones. A veces la censura y el olvido forzado (nunca del todo efectivo) desdibujan la realidad de la que venimos de manera pasmosa, y de ahí que muchas veces las cuentas no cuadren, y no sólo las de Bankia.
Hay que imaginar, por ejemplo, a unos mendas llamados los Caxigales. Caxigales porque así se llamaba la casona propiedad de su familia, una humilde quintana montañesa de esas con cuadra y hórreo. Los dos hermanos, Manolo y Aurelio, se piraron del Frente Norte cuando éste cayó, en el 37. A seguir con la lucha por su cuenta (Asturias estuvo declarada oficialmente "zona de guerra" hasta 1952). El 1º de mayo de 1939 un grupo de somatenes y falangistas capturaron a su padre y a su hermana en Ciaño, donde se habían ido a refugiar en casa de unos parientes, hartos ya de las constantes detenciones y palizas. Ese día también les curtieron con ganas, durante horas: "¿Dónde se esconden?", pero ninguno de los dos cantó. Los llevaron a un kilómetro de allí, a un lugar llamado la Zueca, donde les ejecutaron y abandonaron sus cuerpos como abono. Más tarde les enterraron tres mozos de algunas aldeas cercanas, entre ellos su tío (de Manolo y Aurelio) Antón. Prácticamente el resto de su familia fue detenida, torturada, enviados al campo de concentración de Figueras, fusilados... Ninguno les delató, y en algún momento se llegaron a ofrecer hasta 60.000 pesetas de la época por sus cabezas. Su prima Pilar, que ya no podía soportar más arrestos y vejaciones, se largó a pinrel a cruzar la frontera francesa, estando embarazada. Y así todo... Claro que tampoco es fácil contar el número de guardias civiles y miembros de "la contrapartida" que se llevaron por delante los Caxigales. Fueron unos cuantos, y sin pestañear. Un día el mayor, Manolo, iba paseando por Pola de Laviana y un sargento moro le paró para pedirle la documentación, la "papela con foto", como la llamaban ellos. En tres segundos le pegó un tiro allí mismo y rodeado de testigos, con una pachorra que los dejó a todos a cuadros. "Toma papela con foto, hijo de puta", dijo. Y se fue tan tranquilo; claro que a ver quién le daba el alto a ése visto lo visto. Los Castiellos, los maricos, Lisardo, Aladino, Bóger, Guerrero, los gitanos, Josepón, Bardial, Canor el de Santa Rosa, Luisón, el fugau con vaques... una lista que podría seguir durante un buen rato, porque los había a espuertas.
Gómez-Fouz cuenta la historia, entre otras muchas, de uno que llegó a Francia. A su bola, sin consultar a la estructura. Uno del PCE en el exilio, al que no le hizo mucha gracia esa decisión tan espontánea, cuando lo tuvo en frente le preguntó: "¿Pero qué haces tú aquí?". El otro le dijo secamente: "Vengo a relevaros. Ahora os toca a vosotros ir al monte...". Por supuesto no supo qué responderle. Carrillo solicitó informes de acciones y nombres y se le dio lo primero, pero no lo segundo, a pesar de que insistió haciendo valer su flamante cargo. Santiaguito Santiaguito... ¿con quién cojones te crees que estás hablando? Algunos olían el tabaco a doce metros, y a los que se lavaban las manos todos los días para quitarse el barro desde más lejos incluso.
electricidadconictericia
martes, 21 de octubre de 2014
miércoles, 1 de octubre de 2014
Diario (67)
1 de octubre, 2014.
Derriban una estatua de Jordi Pujol. Bueno, la simbología está clara. Nada como derribar estatuas de los gobernantes caídos en desgracia - o del pedestal, vale - para vejar su labor y su memoria y hacer desaparecer definitivamente su rastro. Es ya un clásico. En su libro sobre el Sha de Persia, Ryszard Kapuscinski registraba la existencia de auténticos derribamonumentos allí. Profesionales de verdad quiero decir, con décadas de experiencia y que hasta habían mamado la profesión o lo que sea de sus padres. Algunos se quejaban, recuerdo, de lo mal que se habían tirado muchas de las estatuas durante la revolución islámica. "Las dejaban caer directamente sobre sus cabezas", protestaba un señor indignado por la alegría con que se habían hecho las cosas, así al azar y sin oficio. Pero bueno, yo creo que la de Jordi ha caído moderadamente bien. Se ve que hay ganas, afición incipiente. No aplastó a nadie que se sepa, y por lo que contaban no va a ser fácil repararla, si es que al final se hace. O sea que sin problemas. Faltó, si acaso, un punto de solemnidad, la rúbrica de masas vociferantes y tal. Tirar al Pujol cantando L'estaca habría sido como mínimo más divertido. Claro que no se puede pedir todo; después de muchísimos años tolerando toda la desvergüenza tolerable, y más, en este país estamos desentrenados, nos falta todavía algo de pericia y decisión para según qué cosas. Habrá que seguir trabajando.
Derriban una estatua de Jordi Pujol. Bueno, la simbología está clara. Nada como derribar estatuas de los gobernantes caídos en desgracia - o del pedestal, vale - para vejar su labor y su memoria y hacer desaparecer definitivamente su rastro. Es ya un clásico. En su libro sobre el Sha de Persia, Ryszard Kapuscinski registraba la existencia de auténticos derribamonumentos allí. Profesionales de verdad quiero decir, con décadas de experiencia y que hasta habían mamado la profesión o lo que sea de sus padres. Algunos se quejaban, recuerdo, de lo mal que se habían tirado muchas de las estatuas durante la revolución islámica. "Las dejaban caer directamente sobre sus cabezas", protestaba un señor indignado por la alegría con que se habían hecho las cosas, así al azar y sin oficio. Pero bueno, yo creo que la de Jordi ha caído moderadamente bien. Se ve que hay ganas, afición incipiente. No aplastó a nadie que se sepa, y por lo que contaban no va a ser fácil repararla, si es que al final se hace. O sea que sin problemas. Faltó, si acaso, un punto de solemnidad, la rúbrica de masas vociferantes y tal. Tirar al Pujol cantando L'estaca habría sido como mínimo más divertido. Claro que no se puede pedir todo; después de muchísimos años tolerando toda la desvergüenza tolerable, y más, en este país estamos desentrenados, nos falta todavía algo de pericia y decisión para según qué cosas. Habrá que seguir trabajando.
sábado, 27 de septiembre de 2014
Diario (66)
27 de septiembre, 2014.
Parece que los Aznar barruntan marcharse a Nueva York, como los de Mecano, aunque en este caso la Botella y el Fundador son ellos. No lo sé, se murmura. Están hartos de que no se les escuche y de los cachondeos, y por supuesto del sindiós del rebaño popular, que parece que últimamente prefiere rebañar por su cuenta a seguir al pastor. Así que se las piran a la ciudad de los rascacielos, donde a buen seguro habrá mucho que rascar y consideran que encontrarán más comprensión, aunque no sé si mejor.
Me los imagino ahí con sus maletines, el colchón enrollado y la amargura de quienes deben abandonar su tan querida patria para encontrar pastas más fértiles. Buscando trabajo él de ínclito estadista y ella de alcaldesa bilingüe, que allí en los USA se usan cada vez más, o de viajantes para vender creceeconomías mágicos de cara al público con su proverbial diligencia. Todo el mundo refiriéndose a ellos como los asnares, pidiéndoles recetas para burritos y quién sabe qué más desaguisados, porque tampoco es que allí tengan muy claro lo que debe de ser España; hasta Zapatero se aproxima más. En definitiva, una especie de mezcla entre El Padrino y Lo que el viento se llevó, con los mejores intérpretes. Sería un pecado verlo sin palomitas.
Parece que los Aznar barruntan marcharse a Nueva York, como los de Mecano, aunque en este caso la Botella y el Fundador son ellos. No lo sé, se murmura. Están hartos de que no se les escuche y de los cachondeos, y por supuesto del sindiós del rebaño popular, que parece que últimamente prefiere rebañar por su cuenta a seguir al pastor. Así que se las piran a la ciudad de los rascacielos, donde a buen seguro habrá mucho que rascar y consideran que encontrarán más comprensión, aunque no sé si mejor.
Me los imagino ahí con sus maletines, el colchón enrollado y la amargura de quienes deben abandonar su tan querida patria para encontrar pastas más fértiles. Buscando trabajo él de ínclito estadista y ella de alcaldesa bilingüe, que allí en los USA se usan cada vez más, o de viajantes para vender creceeconomías mágicos de cara al público con su proverbial diligencia. Todo el mundo refiriéndose a ellos como los asnares, pidiéndoles recetas para burritos y quién sabe qué más desaguisados, porque tampoco es que allí tengan muy claro lo que debe de ser España; hasta Zapatero se aproxima más. En definitiva, una especie de mezcla entre El Padrino y Lo que el viento se llevó, con los mejores intérpretes. Sería un pecado verlo sin palomitas.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Diario (65)
26 de septiembre, 2014.
Supongo que la política actual se parece bastante a la telequinesia, y en realidad cuando se ejercen se ponen caras muy semejantes. Esa expresión de voy a arreglar el país es idéntica a la de voy a desplazar un plato sin tocarlo, clavada, con la salvedad de que telequinésicamente hablando un país no es nada, y políticamente lo es todo. Los famosos salvapatrias son un poco como los tíos que doblan cucharas, y de hecho hasta sería un buen título para su show. Parece que están ahí muy concentrados, emitiendo poder, alterando el sistema cósmico con sus rayos o sus rollos, pero al final lo único que pasa, en el mejor de los casos, es que te inutilizan la cubertería o la cobertura sanitaria, depende. Y ni siquiera está demostrado que se ahorre energía o tiempo con ellos; y no digamos ya dinero...
No negaré que si uno de esos asteroides distraídos fuese a impactar contra la Tierra la telequinesia podría ser útil. En una situación así o tienes una buena telequinesia o te jodes. O ante una glaciación, yo qué sé, para traer objetos del exterior sin tener que sufrir el frío o si te estás congelando en serio. Vale. ¿Pero la política actual? ¿De qué nos serviría? Intentarían recortar los glaciares, y de hecho creo que ya están en ello preventivamente, o convencer al meteorito de que le sale más rentable chocar en Andrómeda... Puestos a elegir, y desde un punto de vista puramente hipotético o hipotecario, la telequinesia mucho mejor, dónde va usted a parar. Por mucho que se parezcan, en la práctica tiene ventajas y genera mentes muy superiores.
Supongo que la política actual se parece bastante a la telequinesia, y en realidad cuando se ejercen se ponen caras muy semejantes. Esa expresión de voy a arreglar el país es idéntica a la de voy a desplazar un plato sin tocarlo, clavada, con la salvedad de que telequinésicamente hablando un país no es nada, y políticamente lo es todo. Los famosos salvapatrias son un poco como los tíos que doblan cucharas, y de hecho hasta sería un buen título para su show. Parece que están ahí muy concentrados, emitiendo poder, alterando el sistema cósmico con sus rayos o sus rollos, pero al final lo único que pasa, en el mejor de los casos, es que te inutilizan la cubertería o la cobertura sanitaria, depende. Y ni siquiera está demostrado que se ahorre energía o tiempo con ellos; y no digamos ya dinero...
No negaré que si uno de esos asteroides distraídos fuese a impactar contra la Tierra la telequinesia podría ser útil. En una situación así o tienes una buena telequinesia o te jodes. O ante una glaciación, yo qué sé, para traer objetos del exterior sin tener que sufrir el frío o si te estás congelando en serio. Vale. ¿Pero la política actual? ¿De qué nos serviría? Intentarían recortar los glaciares, y de hecho creo que ya están en ello preventivamente, o convencer al meteorito de que le sale más rentable chocar en Andrómeda... Puestos a elegir, y desde un punto de vista puramente hipotético o hipotecario, la telequinesia mucho mejor, dónde va usted a parar. Por mucho que se parezcan, en la práctica tiene ventajas y genera mentes muy superiores.
jueves, 25 de septiembre de 2014
Diario (64)
25 de septiembre, 2014.
La prensa se ceba con Rajoy, y con críticas más aceradas cuanto más a la derecha se acerca el marcador. Resulta extraño que sea su guardia pretoriana la que le apriete, y aunque imagino que no esperaba ovaciones por lo de la ley del aborto no sé si, más que en las madres católicas, no se estará cagando en las de los del departamento de demoscopia ahora mismo. Es evidente que, antes de cruzar semejante Rubicón y pronunciar su particular jalea acta est ("el jaleo está servido", o "la voy a liar parda" en algunas traducciones), debieron de mostrarle unas estadísticas muy tajantes. "O caes en pecado o en picado; tú verás Mariano", algo así; y con una flecha bien gorda apuntando directamente hacia el suelo para reforzar el argumento. Eso está claro. Lo que está por verse es si además de considerar las inclinaciones de sus votantes de centro, lo habrán hecho también con las de los autoproclamados decentes. Porque una cosa es perdonar la subida del iva o alguna que otra travesura atravesada, que aunque molestas para muchos no dejan de ser cuestiones de césar, y otra muy distinta metérsela doblada a sus fieles con las cuestiones de dios, al que también, y sin vaciles, hay que darle lo suyo. No sé si habrán tenido en cuenta este factor diferencial entre una traición y otra, me figuro que sí, porque de lo contrario alguien podría encontrarse con sorpresas muy desagradables en breves. Unas cuantas procesiones de las que van por fuera por ejemplo, o un proceso electoral muy jodido, con auténticos obisperos y reuniones clandestinas en las puertas del senado y los despachos de los filósofos afines o teólogos incluso. "¿Vosotros también, hijos míos?". No sería la primera vez.
Se dice en los medios habitualmente marianos que no es una cuestión económica, sino de principios. Yo diría más: es una cuestión que atañe de manera directa a la identidad de la derecha, y a su entidad entendida como capacidad de ejercer el poder también. La reforma venía en el programa, y con lo que Manuel Fraga - igual de gallego pero más gallo - llamaba "mayoría natural", con ese epíteto tan del gusto de algunos para todo, aprobarla debería ser cosa hecha. Por principios, sí, pero también porque podemos, y más que los de la coleta. ¿O qué se ha creído usted, pedazo de ateo, estafador, calzonazos...? No hacerlo afecta a la propia legitimidad del proyecto como algo mínimamente moral y firme, cimentado más allá del ladrillo y las puertas giratorias, y de ahí que el pulso pueda terminar siendo más duro de lo que Rajoy espera o le han contado. No siempre las cifras frías y los gráficos aciertan, a veces hay variables que pasan desapercibidas y luego alteran de pronto toda la ecuación. Nunca he confiado en el elevado porcentaje de creyentes que se afirma que hay en este país, pero tampoco pienso que sean pocos, ni que pongan siempre la otra mejilla. No subestimes a los cristianos, oh Julio César.
La prensa se ceba con Rajoy, y con críticas más aceradas cuanto más a la derecha se acerca el marcador. Resulta extraño que sea su guardia pretoriana la que le apriete, y aunque imagino que no esperaba ovaciones por lo de la ley del aborto no sé si, más que en las madres católicas, no se estará cagando en las de los del departamento de demoscopia ahora mismo. Es evidente que, antes de cruzar semejante Rubicón y pronunciar su particular jalea acta est ("el jaleo está servido", o "la voy a liar parda" en algunas traducciones), debieron de mostrarle unas estadísticas muy tajantes. "O caes en pecado o en picado; tú verás Mariano", algo así; y con una flecha bien gorda apuntando directamente hacia el suelo para reforzar el argumento. Eso está claro. Lo que está por verse es si además de considerar las inclinaciones de sus votantes de centro, lo habrán hecho también con las de los autoproclamados decentes. Porque una cosa es perdonar la subida del iva o alguna que otra travesura atravesada, que aunque molestas para muchos no dejan de ser cuestiones de césar, y otra muy distinta metérsela doblada a sus fieles con las cuestiones de dios, al que también, y sin vaciles, hay que darle lo suyo. No sé si habrán tenido en cuenta este factor diferencial entre una traición y otra, me figuro que sí, porque de lo contrario alguien podría encontrarse con sorpresas muy desagradables en breves. Unas cuantas procesiones de las que van por fuera por ejemplo, o un proceso electoral muy jodido, con auténticos obisperos y reuniones clandestinas en las puertas del senado y los despachos de los filósofos afines o teólogos incluso. "¿Vosotros también, hijos míos?". No sería la primera vez.
Se dice en los medios habitualmente marianos que no es una cuestión económica, sino de principios. Yo diría más: es una cuestión que atañe de manera directa a la identidad de la derecha, y a su entidad entendida como capacidad de ejercer el poder también. La reforma venía en el programa, y con lo que Manuel Fraga - igual de gallego pero más gallo - llamaba "mayoría natural", con ese epíteto tan del gusto de algunos para todo, aprobarla debería ser cosa hecha. Por principios, sí, pero también porque podemos, y más que los de la coleta. ¿O qué se ha creído usted, pedazo de ateo, estafador, calzonazos...? No hacerlo afecta a la propia legitimidad del proyecto como algo mínimamente moral y firme, cimentado más allá del ladrillo y las puertas giratorias, y de ahí que el pulso pueda terminar siendo más duro de lo que Rajoy espera o le han contado. No siempre las cifras frías y los gráficos aciertan, a veces hay variables que pasan desapercibidas y luego alteran de pronto toda la ecuación. Nunca he confiado en el elevado porcentaje de creyentes que se afirma que hay en este país, pero tampoco pienso que sean pocos, ni que pongan siempre la otra mejilla. No subestimes a los cristianos, oh Julio César.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Diario (63)
24 de septiembre, 2014.
Leyendo Memorias de un anciano (1805-1834), de Antonio Alcalá Galiano. Una prosa pelín retorcida y grandilocuente, muy de la época, y con palabras como "aposxroiando" que te encuentras de cuando en cuando, y que no sabes si son erratas (porque la edición las tiene para exportar, como si no les importase) o qué. Aunque por lo demás es un libro de interés; recuerdos sin adulterar del joven Antonio (tío de Juan Valera) que participó directamente o como observador privilegiado en muchos de los acontecimientos de mayor trascendencia histórica y política de su época, empezando por la batalla de Trafalgar en su Cádiz natal, donde murió su padre.
De ésta cuenta una anécdota curiosa de un guardia marina llamado N. Briones, al que un balazo le dejó un pie colgando, casi a punto de desprenderse del todo. Avisó a gritos a un compañero para que buscase socorro, y como el tipo al parecer no le prestó ni la atención médica requerida ni tan siquiera la mínima que dicta la buena educación en un caso así, lo que hizo fue arrancarse él mismo el pie y arrojárselo a la cara al fulano remolón, para que se enterase. La España de siempre, vamos. Organizar un baile en Madrid podía castigarse con el destierro, y había un sector de la población que creía firmemente que los mamelucos tenían rabo (en la parte posterior, se entiende). De los dragones no dice nada, pero cualquiera sabe. De quienes esperan con devoción a Fernando VII, cualquier cosa puede esperarse.
Uno de los episodios más recordados de la vida del autor fue, precisamente, su discurso en las Cortes de Sevilla para conseguir que se declarase demente a semejante rey de manera oficial. Pirado estaba sin duda, a veces física y otras mentalmente, y su propia madre no tenía un concepto demasiado alto de él; claro que de ahí a tacharle de majareta patológico en público y en el parlamento encima hay una diferencia importante, y más considerando que, por lo visto, fue una intervención de lo más inesperada. La gente se quedó pasmada, tragando saliva algunos y otros en un silencio del que no sabían cómo salir de la impresión ("nadie siguió, ni hubo murmullo en las tribunas"). Aunque curiosamente al final se acordó lo más sensato, o sea, admitir la locura, y por una "mayoría crecida". En la práctica no sirvió de mucho, pero bueno... reír seguro que se rieron con los borbotones del Borbón. Hoy que los debates sobre el estado de la nación están de capa caída deberían promocionarse iniciativas así, para subir el share, o el xareu, que se dice en Asturias. Se oye mucho que los políticos de antes estaban mejor formados, y no hay duda de que sí. Y mejor informados también.
Leyendo Memorias de un anciano (1805-1834), de Antonio Alcalá Galiano. Una prosa pelín retorcida y grandilocuente, muy de la época, y con palabras como "aposxroiando" que te encuentras de cuando en cuando, y que no sabes si son erratas (porque la edición las tiene para exportar, como si no les importase) o qué. Aunque por lo demás es un libro de interés; recuerdos sin adulterar del joven Antonio (tío de Juan Valera) que participó directamente o como observador privilegiado en muchos de los acontecimientos de mayor trascendencia histórica y política de su época, empezando por la batalla de Trafalgar en su Cádiz natal, donde murió su padre.
De ésta cuenta una anécdota curiosa de un guardia marina llamado N. Briones, al que un balazo le dejó un pie colgando, casi a punto de desprenderse del todo. Avisó a gritos a un compañero para que buscase socorro, y como el tipo al parecer no le prestó ni la atención médica requerida ni tan siquiera la mínima que dicta la buena educación en un caso así, lo que hizo fue arrancarse él mismo el pie y arrojárselo a la cara al fulano remolón, para que se enterase. La España de siempre, vamos. Organizar un baile en Madrid podía castigarse con el destierro, y había un sector de la población que creía firmemente que los mamelucos tenían rabo (en la parte posterior, se entiende). De los dragones no dice nada, pero cualquiera sabe. De quienes esperan con devoción a Fernando VII, cualquier cosa puede esperarse.
Uno de los episodios más recordados de la vida del autor fue, precisamente, su discurso en las Cortes de Sevilla para conseguir que se declarase demente a semejante rey de manera oficial. Pirado estaba sin duda, a veces física y otras mentalmente, y su propia madre no tenía un concepto demasiado alto de él; claro que de ahí a tacharle de majareta patológico en público y en el parlamento encima hay una diferencia importante, y más considerando que, por lo visto, fue una intervención de lo más inesperada. La gente se quedó pasmada, tragando saliva algunos y otros en un silencio del que no sabían cómo salir de la impresión ("nadie siguió, ni hubo murmullo en las tribunas"). Aunque curiosamente al final se acordó lo más sensato, o sea, admitir la locura, y por una "mayoría crecida". En la práctica no sirvió de mucho, pero bueno... reír seguro que se rieron con los borbotones del Borbón. Hoy que los debates sobre el estado de la nación están de capa caída deberían promocionarse iniciativas así, para subir el share, o el xareu, que se dice en Asturias. Se oye mucho que los políticos de antes estaban mejor formados, y no hay duda de que sí. Y mejor informados también.
lunes, 22 de septiembre de 2014
Diario (62)
22 de septiembre, 2014.
En algunos medios ya han empezado a calificar de "política pop" las constantes apariciones televisivas de Pedro Sánchez. No se concreta si la expresión viene de sus semejanzas con la populista o la popular - que alguna diferencia habrá, supongo - o bien por su empeño por seguir la tónica de los cuarenta principales; aunque he de decir que en este caso el símil no me desagrada. Comparar las diversas corrientes políticas con estilos musicales puede resultar muy ilustrativo, y ya si bajasen el volumen de los discursos y pusiesen directamente unos boleros bien agarraos sería la hostia. Todo ventajas.
Lo malo es que, bien pensado, no iba a ser tan simple clasificar lo que tenemos en España en la actualidad. Los sencillos que nos ponen algunos ya no se sabe si son de ópera o de no te operes, de música siniestra o death metal o qué. En algunos aspectos las medidas del gobierno podrían entroncarse con el gregoriano, y sin duda con zarzuela. Son como un coro de frailes que no salen jamás del tono grave, ahí dando la nota sin parar, aunque de pronto se arrancan con escenas costumbristas a lo bestia o el "toreador" de la Carmen y todos dando palmas al mismo tiempo en el escaño, con lo que uno, encima de sin trabajo, se queda bastante descolocado. Por no hablar de algún eventual "¡que se jodan!" de fondo, que ya no se sabe si es para recordar su apoyo al orador o para imitar a La polla records. Dicen que los críticos hace tiempo que no las pasaban tan putas, y yo me lo creo, porque vamos... han inventado algo así como la copla punk. Liberalismo conservador me parece que lo llaman y todo. Tú sólo déjate llevar...
Lo del PSOE también tiene tela. Cierto que cada vez tienden más al pop, con toques de rumberos o alegres derrumbadores, pero sin perder de vista su jazz de toda la vida. Saben que nadie rapea como Toni Cantó, y sin embargo se atreven a dar unas pinceladas de hip-hop hurra a su programa, asegurando que van a shamplear el desempleo pero sin usar los escraches. Algo así, no sé... muy bailable y voluble, como un cubata de cacique con zumo de mandarinas para no salir de la pista y siempre con las manos bien arriba. Sin el toque Bee gees de Vidal-Quadras ni el ritmo más setentero de sus inicios, pero manteniendo la esencia más básica del socialismo: socializar. Y si a partir de ahí se puede pinchar, pues cojonudo. ¿O a qué hemos venido a este garito si no? ¿A hablar de filosofía?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)