Etiquetas

lunes, 26 de mayo de 2014

Diario (46)

27 de mayo, 2014.

   La irrupción electoral de Podemos ha sido un hecho de lo más refrescante para quienes, como yo, gustamos de partirnos el nabo con la prensa del régimen. Las historias exóticas de proetas y porretas ya empezaban a saturar, la verdad, a perder su chispa inicial, y se hacía necesario un nuevo enfoque, una nueva visión, para amenizar las porras del desayuno y suavizar los efectos de las del ministerio. Las fuerzas bolivarianas rodeando la casa de Floriano ha sido una creación meritoria, como para recrearse, imaginativa y con grandes dosis de acción y quién sabe qué más. Auguro, seguro, segundas y terceras partiduras, donde sin duda se abundará en la conexión venezolana y puede que hasta aparezcan sorpresas insólitas. ¿Un envío clandestino para vestir a los gruesos de la horda de chándal tal vez? Todo es posible.

   El periodista subvencionado por las grandes compañías es criatura experta en lamer cuando procede, pero ojo, también un feroz mordedor cuando le dan la orden. Tan pronto pondera la burbuja del ladrillo como se lía a ladridos con los merodeadores de la casa decente, y si está desencadenado puede hasta ser peligroso (cuando le caen babas por la comisura o las instrucciones del comisario, malo). Normalmente salen a cazar en grupos de cuatro o cinco. Les gusta hacer manadas con los de su especie o cualquier cosa que se parezca. Y si enganchan una presa, la que su empresa señale, no paran hasta destriparla; husmean y revuelven en las bolsas de basura o hasta en contenedores ardiendo si hace falta con tal de acorralarla y que salga de la rotativa alguna teoría torera, carnaza y casquería para todos. Tal es su naturaleza, pero quizá no hay que odiarles por ello, sino simplemente verlos como lo que son: unos pobres animales. A veces, también, tienen una mirada tierna; si se le quita el sonido a la tele la cosa mejora notablemente y hasta puede uno sentir lástima de verles ahí atados y gesticulando con sus corbatas al cuello. No te irrites con los periodistas del régimen, sonríe, y arrójales alguna chuchería para que mastiquen despacio mientras sigues tu camino... verás qué contentos se ponen. Piensa que, en el fondo, todos estamos hechos de la misma pasta... Aunque también es verdad que a unos les dan más que a otros. Las cosas como son.

No hay comentarios:

Publicar un comentario